Sin dudarlo ni un solo momento me adentre en un mundo de ensueño cervecero. Todas las grandes cervezas belgas a mi alcance a un precio razonable. Mis vacaciones salvadas, pero lo mejor estaba todavía por llegar, la tienda estaba regentada por una tinerfeña simpatiquisima llamada Sandra con la que pude tener unas muy buenas conversaciones sobre cerveza degustando mi bebida favorita. Amigos no lo dudéis, si estáis por allí cerca o tenéis pensado viajar a Tenerife no dejéis de visitar la tienda, seguro que vuestras vacaciones mejoran con una buena belga en la mano.
Las fotos no son muy buenas pero es que están sacadas con el móvil, pero bueno para haceros una idea yo creo que valen.
Por cierto en la primera foto, el niño que sale en brazos es mi hijo y la que le sostiene es mi pareja.
Lo siento pero si no lo digo reviento.
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